Una grabación dejó al descubierto la triste realidad de un “pobre” hombre.
Siempre dije que existe una enfermedad que se llama “Síndrome de Don Nadie”. La misma hace que las personas se transformen en verdaderos “idiotas” o, al menos, en aprendices. Y cuando digo “idiota”, no me refiero a la enfermedad mental.
El mes pasado publicábamos en Epa! sobre un audio que recorría los diferentes grupos de WhatsApp donde un sujeto le hablaba a alguien relatándole que había gastado con un amigo 12 millones de guaraníes en un sólo fin de semana en Ciudad del Este. La persona conversaba con entusiasmo y hacía alarde de haber pasado por la ciudad conduciendo un Porsche Panamera y una camioneta X6 BMW. Escuchar el audio.
Según varias personas, incluyendo la modelo Judith Gamarra, afirmaron que se trata de Raúl Bogarín, ver nota completa acá. Raúl es uno de los hijos de Nilda Bogarín, la empresaria que algunos bautizaron como “La reina de la Cachaca, por sus negocios relacionados al mundo tropical.
Lo llamativo en todo esto no radica en que haya gastado 12 millones en un fin de semana, sino en la extraña mentalidad con la que reflexiona y lleva el relato.
El sujeto, enfermo por figurar y aparentar que se mueve en un alto nivel explica que estuvo en la suite lujosa de un hotel, que toma whisky etiqueta negra, que conduce lujosos vehículos, que sale con modelos a las que llama “chuli” y, lo que es más importante, sostiene que alguien que tiene solvencia económica debe ostentarla. Hay un pasaje en el audio, donde el tipo, burlándose de la gente de Ciudad del Este, a las que llama despectivamente “muertos”, dice que no vio personas que hicieran despliegue de autos lujosos en las calles de dicha ciudad.
La pregunta inmediata. ¿Qué clase de individuo cree que es importante mostrar lo que tiene? O, lo que sería más triste, lo que no tiene. Porque hasta donde sabemos se trataría de un “seco”, que vive del amigo, que sí tiene dinero. Tampoco sería pecado ser “seco”, pero es irónico en este caso.
Aparentemente entonces, lo que tenemos acá es un clásico caso de “síndrome de Don Nadie”, dolencia a la que me refería al comienzo de este artículo. De aquel que sintiéndose “menos que nada”, busca desesperadamente convertirse en alguien importante.
Lo triste es que cree que puede llegar a algo por conducir vehículos que no son de él, por gastar dinero que no es suyo y, lo más simpático, por relacionarse con conocidas modelos (prostitutas vip) a las que debe pagar porque de lo contrario termina en su casa hablando con el techo.

Raúl Bogarín, hijo de Nilda Bogarín, conocida como La reina de la Cachaca. La modelo Judith Gamarra afirmó que él es el sujeto del audio.
Pero en realidad no es así. La conclusión es que El síndrome de Don Nadie transforma a las personas. Las corrompe totalmente. Pero la persona que nace “idiota”, como en este caso, no cambia por el síndrome. Lo pasa de largo, porque su “idiotez” es natural.
Lo lleva en la sangre y en el alma. Y contra eso, la cura es una utopía.